lunes, 16 de mayo de 2011

Vicente Castellano. Del camino a la estructura.

Estructura con círculo transparente, 2007 - Óleo/tabla - 73 x 54 cm
 Román de la Calle
-Presidente de la Real Academia
de Bellos Artes de San Carlos-

"Hallar esa síntesis en la que se
funden formas. materia. colores y luz
para crear una expresión auténtica y personal. mediante la cual poder
significar la fusión entre lo exterior y
la interioridad. transmitir lo intangible
de toda existencia. es lo que
constituye el eje de mi obra".
Vicente Castellano. Discurso
de ingreso en la Real Academia
de Bellas Artes de San Carlos.
-1-
Hace más de veinte años que conozco al amigo Vicente Castellano Giner. Los dos, por cierto, regresamos a Valencia, justamente para quedamos, en el mismo 1977. Él procedente de París.tras una dilatada ausencia de nada menos que veinte
años. entregados por completo a la pasión artística de la pintura, su dilecta profesión. Yo de Madrid. después de un lustro de dedicarme a la docencia de la filosofía del arte, en la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense, precisamente coincidiendo con los postreros coletazos del franquismo y sus violentos aledaños ideológicos.
Por cierto, no podría decirse realmente que no volvíamos, al menos con las maletas de la experiencia repletas y con los ojos bien abiertos, dispuestos a cultivar -quizás por compensación- nuestras raíces. Cosa que ambos hemos venido haciendo. no sin entusiasmo. hasta hoy -trabajando en torno al hecho artístico, desde la práctica o desde la teoría-, durante al menos las dos últimas décadas y aún algo más, si cabe y nos es permitido por el destino.
Siempre he estado convencido de que Valencia es un tipo de ciudad a la que merece la pena volver, pero -eso sídespués de haberse marchado. Paradójicamente, sólo la perspectiva distanciada y el eco remoto de la voz son capaces
Estructura, amarillo y rojo, 2007 - Ólea/lienzo- 73 x 54 cm
de propiciar los suficientes y meritorios milagros como para
poder transmutarnos (de mensajeros) en profetas de la propia
tierra. Algo, por cierto, no siempre fácil de lograr.
Amable, comedido y respetuoso hasta el límite, utilizando
intensamente la mirada y, a intervalos, también la sonrisa;
entregado con entusiasmo a su trabajo de pintor, que observa
atenta y minuciosamente la vida, sin duda, para no limitarse
simplemente a reproducirla. Vicente Castellano me fue
presentado. en la entonces Galería Theo, de la ciudad de
Valencia, por el recordado Francisco Lozano, que solía sentarse
-con su habitual parsimonia- junto a una mesa. en un ángulo
lateral de aquel conocido y frecuentado espacio galerístico.
Recuerdo bien la escena y hasta con cierta claridad de
detalles. No sé porqué. Llegaba, entre la gente, Vicente
Castellano con su agradable y locuaz esposa Charo -siempre
juntos- a una inauguración que estaba en pleno auge y yo
departía, en aquel momento, con el maestro Lozano sobre
algún tema de mutuo interés. como a menudo solíamos
hacerlo.
La conversación -con su incorporación al diálogo-- derivó. casi de inmediato. hacia la cultura francesa, para acabar centrándose -como era lógico- en susveinte años de estancia parisina. Nos interesaban sus opiniones y recuerdos. París,al fin y al cabo, había sido asimismo el programado destino de mis desplazamientos laborales veraniegos, durante los primeros años sesenta, mientras estudiaba filosofía en la Universitat de
Valencia-Estudi General. Para mí aquellos viajes intermitentes habían representado un insustituible pulmón de oxígeno y un cierto contrapunto de ahorro, por el trimestre de trabajo, cada vez en actividades diferentes. Versatilidad obligada de estudiante. sin duda. Quizás por eso no pude ser insensible al tema.
A partir de aquella presentación afortunada, nos seguimos encontrando -Vicente Castellano y yo- con motivo de numerosas citas. casi siempre socioculturales, en diversos enclaves de la ciudad de Valencia, habitualmente más o menos los mismos, todo sea dicho en honor a la prolongada transición política, que imponía a cada uno sus propios y explicables menesteres, ambientes y contactos.
Pero, sobre todo, tuvimos ocasión de encontramos mucho más, desde el momento en que él mismo se incorporó a la docencia en el Departamento de Pintura de la Facultad de Bellas Artes, allá por el año 1981, impartiendo la disciplina "Concepto y técnica del color", Coyuntura temporal en la cual se firmaba un convenio, para el desarrollo del Tercer Ciclo, entre la joven Facultad de Bellas Artes y el Departamento de
Estética y Teoría del Arte de la Facultad de Filosofía, que yo mismo dirigía desde mi citado retorno madrileño, motivado principalmente -seamos sinceros- por el objetivo académico de hacerme cargo de la cátedra correspondiente.
La verdad es que -en aquella auténtica transformación que experimentó la vieja Escuela de Bellas Artes al pasar a ser Facultad- la llegada de jóvenes profesores, comprometidos y abiertos al futuro, siempre me pareció claramente fundamental y muy interesante como revulsivo de cara al futuro. De hecho, procuré estar aliado de aquella renovación -y también mi equipo lo estuvo-- para cuanto precisaron en el periodo, tanto desde la cátedra como en la dirección del Instituto Universitario de Creatividad e Innovación. Pero
igualmente consideraba relevante -desde el punto de vista pedagógico, técnico y didáctico- que se llevara a cabo el eficaz aprovechamiento, en la nueva Facultad de BellasArtes, de la experiencia intemacional de artistas con larga trayectoria y sólida implantación, como fue el caso concreto del propio Vicente Castellano. Sobre todo, de cara a la consumación histórica de una coyuntura tan importante, como era aquella que se vivía en los ochenta, para un centro docente que apostaba, con entusiasmo, a favor de loscambios académicos tan plurales como los que se apuntaban ya, en paralelo a la transición política.
Así se fraguó la oportunidad de que el pintor Vicente Castellano sumara, a su rico currículum artístico, un nuevo capítulo de experiencias sobrevenidas, en calidad de profesor universitario, que ciertamente influirá también en su posterior itinerario creativo. No en vano me vienen a la cabeza aquellas máximas, hábilmente enlazadas, que tantas veces hemos oído, en torno al aprendizaje y la docencia, y creo, por cierto, que no dejan de tener su resabiado poso y, por eso mismo, me parece oportuno traerlas a colación en estas líneas: "Si quieres intensificar tu aprendizaje, no dejes de atender a tu experimentado profesor. Ahora bien, silo que quieres realmente es llegar a ser un hábil profesional en la factura de las cosas, deberás comenzar por realizarlas siempre tú mismo. Pero, a fin de cuentas, si deseas saber aún mucho más, en todos los
sentidos, procura ser tú quien se las enseñe a otro".
Elbagaje de accesibilidad, la experiencia real contrastada y la entrega efectiva y generosa a la docencia que Vicente Castellano, en los años que duró su paso por la Facultad (1981-1992), supo ofrecer y sembrar entre sus numerosos alumnos, me han sido ratificados personalmente por muchos de ellos, en las más diversas circunstancias y por los más variados motivos, una vez incorporados a la respectiva actividad profesional. Puedo dar justificado y sincero testimonio de ello. Ciertamente esta particular conexión entre docencia y
creación artística me ha interesado subrayarla, al hablar de la trayectoria valenciana de Vicente Castellano, como auténtico colofón de susotras dos décadas parisinas, vividas en directo contacto, entre 1957 y 1977, con la actividad pictórica internacional del momento.
A modo de una especie de flash-back narrativo, he querido casi comenzar por el final, agudizando así la mirada actual sobre una persona cercana, que me resulta ya hasta cotidiana, especialmente ahora, desde su merecida elección en el año 2008, como Académico Correspondiente de la Real de Bellas Artes de San Carlos, en cuyas periódicas sesiones nos encontramos y departimos con afinidad, gracias al siempre
portentoso y eficaz poder de la palabra.
( ...)
-IV-
"El habla es la casa del Ser'.
M. Heidegger Del comino 01 habla.
"La estructura es la casa. el cobijo y el eje de lo obro de orte", v.C.
Personalmente, más allá de cualesquiera afanes clasificatorios
en etapas -como viene siendo habitual, también en el caso
de Vicente Castellano, tal como hemos subrayado, recogido
e interpretado libremente, a partir de numerosos textos
previos- preferiría hacer una selección crítica de aquellas
aportaciones suyas que considero mejor caracterizan la historia
artística de Vicente Castellano Giner. Permítaseme tal licencia.
En primer lugar, me inclinaría pictórica mente por sus
abstracciones formales, de base geométrica, que obedeciendo
al principio collage, de hecho, recorren toda su producción
artística, desde el final de los cincuenta hasta la actualidad;
son técnicas mixtas (a menudo óleos y arpilleras sobre tabla)
de intensa fuerza visual. sólida estructuración y buscado
equilibrio entre suselementos formales y cromáticos, resultado
de sus experiencias y búsquedas por definir su lenguaje
pictórico. Quizás es el estilo que le caracteriza más
adecuadamente, al recorrer, atravesar y dar coherencia a su
trayectoria global.
Con mi mirada de viejo profesor de lógica formal y estudioso
de la estética, me atrevería a describir escuetamente ese
lenguaje pictórico de Vicente Castellano como "un sistema
compuesto por un universo de elementos plásticos
primitivos (formales, cromáticos y matéricos) y de reglas de
transformación, cuyas ocurrencias de aplicación se dan sobre
un determinado espacio pictórico". Sabemos cuáles han sido
sus preferencias, a la hora de seleccionar sus elementos
formales, en su mayoría de carácter ortogonal. Conocemos
la sensibilidad táctil y visual de las materias y pigmentos
interactuantes en sus técnicas mixtas. Hemos constatado el
equilibrio estructural de sus composiciones y las armonías
constructivas resultantes. Sólo nos quedaría recordar las reglas
de transformación, destacando el principio collage,
constantemente involucrado y altamente rentable en sus
trabajos, actuando por yuxtaposición, solapa miento y contraste.
Tal es la sintaxis operativa de su poética.
"Deseaba expresar el espacio interior siempre con una mayor economía de
medios. depurondo lo técnico poro plasmar lo tensión que habitaba en lo
obra. Losfondos se alisaron.lasformas se simplificaron.loscoloresse unificaron
y lo materia se refugiaba en unos concretos enclaves mós que en otros. pero
era lo estructura lo que seguía siendo siempre el gran ordenador de lo
interpenetración. Enlos superficies. aparentemente planas. se superponían
los copos de colores. habitualmente sobrios.dando origen o uno materia liso
y denso. que sugiere lo profundidad y lo fuerza de los espacios interiores
reveladas.
Esa búsqueda hacia una expresión cada vez más alejada de lo accesorio
sigue llenando mi vida y mi quehacer de pintor. Lo lorga trayectoria que yo
he recorrido me sigue llevando. día tros día. de lo mono de mis estructuras.
o ahondar en ese gran misteriocomún que son lo Vida y el Arte". (V.Castellano.
Discursode ingreso en lo Real Academia).
Ensegundo lugar. optaría por suscajas-relicarios. que obedecen
en principio a idénticas pautas compositivas. aunque con
materiales muy diferentes y otras reglas de transformación.
Surgidas en los años sesenta, los objetos encontrados,
fragmentos de muebles y maderas policromadas son
ensamblados minuciosamente, obedeciendo, una vez más,
a la exacerbación del principio collage, dentro de
determinados contenedores, cajas de la memoria de diferentes
medidas. Espacios domésticos habitados de objetos, algunas
de tales composiciones obedecen al predominio de una
determinante estructuración horizontal, mientras otras se
asemejan fuertemente al tabicaje y parcela miento de los
interiores arquitectónicos.
Metáforas, al fin y al cabo, de la propia historia, tales relicarios
enfatizan las paradojas de la existencia, repleta de
contradicciones y disparidades, pero llamada a sobrevivir,
propiciando determinados grados y estrategias de unidad
relacional. Aquí la cuidada sintaxis se abre a consistentes
sugerencias y asociaciones semánticas, al hilo de posibles
interpretaciones.
"Lo utilización de los materiales de desecho. acto poco convencional en
aquel entonces. pero que prolongaba loshallazgosdel Dadaísmo. nospermitía
llevar mós lejos lo interpretación emocional e intelectual de nuestro entorno.
Adoptar este lenguaje implicaba uno posición crítico respecto o ciertos
aspectos de lo evolución de lo sociedad. Mucho se ha comentado yo lo
rebelión ante lo sociedad de consumo que expresaban losmovimientos como
el Nouveau Réalisme.
Yo compartía su planteamiento y me cautivaron inmediatamente las
posibilidades que ofrecia aquel lenguaje. el cual me resultaba ton afín desde
el punto de visto plástico. Con lo incorporación de los telas. las arenas. los
objetos. buscaba crear nuevos espacios. definir un recorrido interior en el que
lo irracional. lo imaginario se imponían. en un intento de fusión entre la
espontaneidad del gesto artístico. y el deseo de aprehender lo fugacidad
del presente. Mediante lo adición de objetos. de telas. de moderas. mi
intención era configurar uno obro en lo que transmitirlo calidez. lo sensualidad
de lo vida así como su carócter irremediablemente efímero. Incluir objetas
de lo vida cotidiano. desvióndolos de su mero función utilitario. me permitia
desvelar su carácter más íntimo. susposibilidades más allá de su utilización".
(Vicente Castellano. Discursode ingreso en lo RealAcademia).
Finalmente, también en la década de los sesenta, con fuertes
improntas asimiladas del universo plástico de Paul Klee, Vicente
Castellano realiza una serie de trabajos sobre papel (tintas
china, óleos o técnicas mixtas) y algunos sobre lienzo. Todos
ellos destacan por su honda poeticidad, alegre cromatismo,
delicada factura y máxima sensibilidad. Se trata de medianas
escenografías donde -sobre estudiados fondos- las líneas,
las formas simples y aisladas. los trazos gestuales y los sutiles
colores ocupan dinámica mente y por completo el luminoso
espacio de la representación. En todos ellos se impone un
cierto misterio y un sugerente reclamo visual.
"ElArte. esa aventuro hacia lo desconocido. se le impone 01artista como una
evidencio. una evidencio que no puede eludir. Intuye que ahondar en la
compleja interioridad del ser humano le llevará quizás por senderos ignotos
y que incluso deberá de experimentar. hasta el límite.supropio vulnerabilidad.
También sobe que tendrá que forjar su propio lenguaje. explorando
constantemente lasvíaspor losque irá discurriendo suquehacer. con aciertos
y a veces con frocasas. Buscará sin tregua lo expresión personal. genuino.
con lo que establecer uno comunicación inmediato. atemporal y sinembargo
íntimo. con todo aquel que acepte adentrarse en lo obro y compartirla".
(V. Castellano. Discursode ingreso en lo Real Academia).
Todo ello me hace pensar, una vez más, que es justamente
en torno a los años sesenta -con la intensa e interdisciplinar
vida sociocultural e incidencia política que se despliega en la
capital francesa- cuando la creatividad, ejercitada por
Vicente Castellano, se muestra con mayor diversificación,
cuando se siente abierto hacia más plurales informaciones e
influencias, cuando susregistros adquieren mayor fuerza en la
consolidación de su lenguaje pictórico.
Pero los aportes de tal lenguaje, aglutinados en torno a
determinadas categorías básicas -como son la resonancia
poética, la explicitación estructural. la elegancia en la resolución
y un cierto intimismo sobrio y equilibrado-, no dejarán ya de
ubicarse también en la base misma de toda su producción
artística posterior, impregnando característicamente su entero
itinerario. ...
Ahora que he finalizado mi texto, vuelvo a reconsiderar los
trabajos de Vicente Castellano, quizás ya más distendidamente,
con un talante de menor urgencia analítica o histórica y mayor
reflexión filosófica, quizás. y, una vez más, constato que -tras
ellos- late todo un espléndido "saber hacer" y un puñado de
tácitas intencionalidades, que si, en su momento los hicieron
posibles, sin duda, ahora perduran replegados yola espera,
como agazapados en esas mismas obras. Por eso atisbo que
sus cuadros representan secretamente algo que sabemos y
experimentamos como próximo, pero que sencillamente no
conocemos. De ahí que se nos escapen, tan a menudo,
determinados significados. Únicamente cuando lo que sabemos
se hace consciente podemos hablar de conocimiento.
Ahora que he finalizado mi texto. vuelvo a reconsiderar los
trabajos de Vicente Castellano. quizásya más distendido mente.
con un talante de menor urgencia analítica o histórica y mayor
reflexión filosófica. quizás. Y. una vez más. constato que -tras
ellos- late todo un espléndido "saber hacer" y un puñado de
tácitas intencionalidades. que si. en su momento los hicieron
posibles. sin duda. ahora perduran replegados yola espera.
como agazapados en esas mismas obras. Por eso atisbo que
sus cuadros representan secretamente algo que sabemos y
experimentamos como próximo. pero que sencillamente no
conocemos. De ahí que se nos escapen. tan a menudo.
determinados significados. Únicamente cuando lo que sabemos
se hace consciente podemos hablar de conocimiento.
Pero ¿cuál es efectivamente su significado? Podríamos
arriesgarnos a definirlo. por nuestra parte. como el conjunto
de informaciones que permite explicar todos los usos que
podemos hacer de cada una de las obras. tanto los usos
estrictos y los laxos. como los serios y los lúdicos. tanto los
reflexivos como los placenteros. Posiblemente. Wittgenstein
estaría de acuerdo. El significado está en el uso.
Usemos. pues. sus obras. Observémoslas una y otra vez.
Reflexionemos sobre ellas. Apliquémosles incluso nuestras
palabras. hasta que -interpretadas. vividas y analizadas- formen
parte de nuestro propio mundo.
¿No es el mundo. ciertamente. la suma de todo nuestro saber
implícito? ¿"No es. como tal. un fenómeno subjetivo y
personalizado? Ciertamente. cabe concluir que el campo de
lo percibido es muy estrecho. al restringirseal dominio sensorial.
pero por eso debe siempre completarse con los juegos de la
memoria y las aportaciones del contexto.
De ahí que. instalado frente a los cuadros que ahora me
ocupan. algo me indica íntimamente que hay. en ellos. cosas
que no veo. pero que sé. No en vano. en la experiencia
estética. vivimos en la sutura de la percepción y de la memoria.
es decir a caballo entre lo sabido y lo sentido.
Justamente a ese ámbito vital --donde confluyen lo presente
y lo sabido. lo que percibo y lo que recuerdo- puedo
considerarlo mi mundo. mi propio mundo. que no es
ciertamente el del pintor. ni tampoco el de otros espectadores.
que se encuentran conmigo en la misma sala. Sin embargo.
gracias a que. sin duda. tenemos un determinado núcleo de
información compartida -que nos llega de la realidad de las
obras-o podemos acordar un cierto pacto de experiencias y
de entendimientos comunes. frente a ellas y respecto a ellas.
Quizás.a fin de cuentas. sea viable afirmar -y estar de acuerdoque
vivimos en una misma realidad artística. pero en distintos
mundos estéticos. Vicente Castellano lo sabe. sin duda. y
nosotros también.

1 comentario:

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