lunes, 20 de abril de 2015

JOSEP Mª AVILES: Las inquietudes de un silencio

MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO FLORENCIO DE LA FUENTE DE REQUENA
del 24 de abril al 26 de junio de 2015
Díptico simétrico 1987


ORGANIZACIÓN
Museo de Arte Contemporáneo Florencio de la Fuente.Requena. Valencia
ART-ESTUDI. Gelida

EXPOSICIÓN
Comisario
Joan Gil Gregorio
Montaje
Museo de Arte Contemporáneo Florencio de la Fuente.
Requena. Valencia


CATÁLOGO
Textos
© Joan Gil Gregorio
Diseño y Maquetación
JM.Avilés – Joan Gil Gregorio

Cubierta
Díptico simétrico 1987
Fotografías
Josep M.ª Avilés


Sondeos para mi interior.
Las reflexiones sobre la obra expuesta en este pequeño Catálogo
ocupan un espacio muy personal dentro de mí estudio, son cuadros que
yo los acredito como “Los Avilés de Avilés, y en su conjunto pertenecen a
mi colección personal. Cuadros, dibujos, grabados.... irrumpen en diálogo
en un cúmulo de simbiosis de percepciones y efectos, de luces y sombras,
-también sus dudas y sus recelos... Este recelo que se convierte en el sinónimo
de mis turbaciones y que como hombre de pie, pretendo transmitir
en mis composiciones, materializar las dudas...
Desde un punto de vista muy personal y a mi modo de ver... Las obras
en sus diferentes procesos creativos requieren su personalidad propia: La
pintura, la obra gráfica, el volumen o los procesos digitales dentro de
las nuevas tendencias gráficas... Es entonces cuando en algunos casos mis
conceptos de interpretación se contraponen en el fondo de sus contenidos.
-La abstracción formal se rompe en su propia estructura-.
JMª. Avilés
Muchos han sido los artistas que han
decidido renunciar a cualquier representación
objetiva para hablar de conceptos elementales.
Y muchos también han escogido
la geometría y sus posibilidades rítmicas
para ir a la búsqueda de lo esencial. Profundizarse
en la obra de Josep Maria Avilés
(Barcelona 1942), requiere entrar sin perjuicios,
por tal de experimentar una aventura
introspectiva donde los límites los marca
la propia imaginación. La contaminación de
imágenes en una sociedad eminentemente
visual como la nuestra y donde nos satura
como espectadores. Dentro de este caos
en lo que estamos inmersos es necesario
encontrar una isla de silencio, como la que
nos ofrece este artista. Quizás porqué la
necesidad de reflexión es importante para
comprender lo que sucede en nuestro entorno,
valoramos especialmente una obra
que nos pide una mirada lenta y una observación
minuciosa. Amante del trabajo bien
realizado, del trabajo acorado, de un detalle
para lo mínimo, Josep Maria Avilés concibe
la obra como un alquimista y la estructura
como un orfebre.
En su taller refleja la personalidad de un
creador convencido de aquello que quiere
conseguir, de aquello que también quiere
transmitir. Un laboratorio en el cual las sensaciones
se multiplican a cada instante y en
el cual el tiempo sabe acomodarse de manera
ordenada.
En su taller se encuentran obras de grandes
dimensiones donde la tridimensionalidad
adquiere un protagonismo acentuado. Pero
también pequeñas joyas que nos hacen vibrar
en su sutileza y refinamiento. Del desorden
y del caos consigue extraer un aliento
de vida para otorgarle otra dimensión. Cercano
a los clásicos , José Maria Avilés sabe
escoger aquello que le es mas afín; sabe
reconducir todo el conocimiento humano,
toda experiencia vivida, para configurar un
vocabulario propio y personal. Pinturas, esculturas,
gravados y objetos forman parte
de su universo creativo. Para Avilés la obra
se convierte en un campo de experimentación,
un lugar donde los “objets trouvés” se
encuentran -nunca mejor dicho su lugar. Un
lugar donde los materiales y las maderastratadas,
manipuladas y tintadas adquieren
otra realidad. Avilés construye con el espíritu
de un arquitecto una obra que aspira
a desvelarnos su secreto interior. Desde
sus inicios, ha trabajado en los montajes y
“ensamblajes” objetuales, en la manipulación,
recuperación y reciclaje de elementos
encontrados que, acoplados y encajados
entre sí, constituyen nuevas estructuras.
Reintegraciones y descontextualizaciones
de fragmentos, restos y trozos de preexistencias
han convertido para este artista un
verdadero método de trabajo, sus propias
preocupaciones, para concebir un auténtico
discurso sobre la naturaleza humana, sin
caer ni en repeticiones ni en estancamientos.
JOSEP MARIA AVILÉS
LA BUSQUEDA DE LO ESENCIAL
Una obra hecha de vivencias y de experiencias
constantes, de sentimientos y de emociones
que surgen como reflexión de las relaciones humanas.
Deja que sean los materiales mismos los
que hablen y expresen sus misterios, enigmas
o dudas, alimentando una nueva amalgama que
trasciende las partes para constituir un todo.
Una acumulación de múltiples mundos que,
acoplados con una determinada reordenación,
adquieren otras definiciones. La intensidad vivencial
y la dimensión plástica de la materia se
deja sentir con la máxima autenticidad para conectar
con la esencia de la naturaleza.
En la obra de Avilés se hace evidente el diálogo
de contrarios, la búsqueda de una armonía que
equilibra el espacio. Repentinas rupturas, difíciles
imprevistos, desplazamientos, ocasionales
incisiones, encuentros dislocadas ... en una conjugación
equilibrada de tensiones y de exploración
de los accidentes. Una obra de silencios y
de memorias que reúne la tradición más clásica
con las inquietudes contemporáneas ...
JOAN GIL
MIEMBRO DE LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE CRÍTICOS DE ARTE