lunes, 20 de abril de 2015

JOSEP Mª AVILES: Las inquietudes de un silencio

MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO FLORENCIO DE LA FUENTE DE REQUENA
del 24 de abril al 26 de junio de 2015
Díptico simétrico 1987


ORGANIZACIÓN
Museo de Arte Contemporáneo Florencio de la Fuente.Requena. Valencia
ART-ESTUDI. Gelida

EXPOSICIÓN
Comisario
Joan Gil Gregorio
Montaje
Museo de Arte Contemporáneo Florencio de la Fuente.
Requena. Valencia


CATÁLOGO
Textos
© Joan Gil Gregorio
Diseño y Maquetación
JM.Avilés – Joan Gil Gregorio

Cubierta
Díptico simétrico 1987
Fotografías
Josep M.ª Avilés


Sondeos para mi interior.
Las reflexiones sobre la obra expuesta en este pequeño Catálogo
ocupan un espacio muy personal dentro de mí estudio, son cuadros que
yo los acredito como “Los Avilés de Avilés, y en su conjunto pertenecen a
mi colección personal. Cuadros, dibujos, grabados.... irrumpen en diálogo
en un cúmulo de simbiosis de percepciones y efectos, de luces y sombras,
-también sus dudas y sus recelos... Este recelo que se convierte en el sinónimo
de mis turbaciones y que como hombre de pie, pretendo transmitir
en mis composiciones, materializar las dudas...
Desde un punto de vista muy personal y a mi modo de ver... Las obras
en sus diferentes procesos creativos requieren su personalidad propia: La
pintura, la obra gráfica, el volumen o los procesos digitales dentro de
las nuevas tendencias gráficas... Es entonces cuando en algunos casos mis
conceptos de interpretación se contraponen en el fondo de sus contenidos.
-La abstracción formal se rompe en su propia estructura-.
JMª. Avilés
Muchos han sido los artistas que han
decidido renunciar a cualquier representación
objetiva para hablar de conceptos elementales.
Y muchos también han escogido
la geometría y sus posibilidades rítmicas
para ir a la búsqueda de lo esencial. Profundizarse
en la obra de Josep Maria Avilés
(Barcelona 1942), requiere entrar sin perjuicios,
por tal de experimentar una aventura
introspectiva donde los límites los marca
la propia imaginación. La contaminación de
imágenes en una sociedad eminentemente
visual como la nuestra y donde nos satura
como espectadores. Dentro de este caos
en lo que estamos inmersos es necesario
encontrar una isla de silencio, como la que
nos ofrece este artista. Quizás porqué la
necesidad de reflexión es importante para
comprender lo que sucede en nuestro entorno,
valoramos especialmente una obra
que nos pide una mirada lenta y una observación
minuciosa. Amante del trabajo bien
realizado, del trabajo acorado, de un detalle
para lo mínimo, Josep Maria Avilés concibe
la obra como un alquimista y la estructura
como un orfebre.
En su taller refleja la personalidad de un
creador convencido de aquello que quiere
conseguir, de aquello que también quiere
transmitir. Un laboratorio en el cual las sensaciones
se multiplican a cada instante y en
el cual el tiempo sabe acomodarse de manera
ordenada.
En su taller se encuentran obras de grandes
dimensiones donde la tridimensionalidad
adquiere un protagonismo acentuado. Pero
también pequeñas joyas que nos hacen vibrar
en su sutileza y refinamiento. Del desorden
y del caos consigue extraer un aliento
de vida para otorgarle otra dimensión. Cercano
a los clásicos , José Maria Avilés sabe
escoger aquello que le es mas afín; sabe
reconducir todo el conocimiento humano,
toda experiencia vivida, para configurar un
vocabulario propio y personal. Pinturas, esculturas,
gravados y objetos forman parte
de su universo creativo. Para Avilés la obra
se convierte en un campo de experimentación,
un lugar donde los “objets trouvés” se
encuentran -nunca mejor dicho su lugar. Un
lugar donde los materiales y las maderastratadas,
manipuladas y tintadas adquieren
otra realidad. Avilés construye con el espíritu
de un arquitecto una obra que aspira
a desvelarnos su secreto interior. Desde
sus inicios, ha trabajado en los montajes y
“ensamblajes” objetuales, en la manipulación,
recuperación y reciclaje de elementos
encontrados que, acoplados y encajados
entre sí, constituyen nuevas estructuras.
Reintegraciones y descontextualizaciones
de fragmentos, restos y trozos de preexistencias
han convertido para este artista un
verdadero método de trabajo, sus propias
preocupaciones, para concebir un auténtico
discurso sobre la naturaleza humana, sin
caer ni en repeticiones ni en estancamientos.
JOSEP MARIA AVILÉS
LA BUSQUEDA DE LO ESENCIAL
Una obra hecha de vivencias y de experiencias
constantes, de sentimientos y de emociones
que surgen como reflexión de las relaciones humanas.
Deja que sean los materiales mismos los
que hablen y expresen sus misterios, enigmas
o dudas, alimentando una nueva amalgama que
trasciende las partes para constituir un todo.
Una acumulación de múltiples mundos que,
acoplados con una determinada reordenación,
adquieren otras definiciones. La intensidad vivencial
y la dimensión plástica de la materia se
deja sentir con la máxima autenticidad para conectar
con la esencia de la naturaleza.
En la obra de Avilés se hace evidente el diálogo
de contrarios, la búsqueda de una armonía que
equilibra el espacio. Repentinas rupturas, difíciles
imprevistos, desplazamientos, ocasionales
incisiones, encuentros dislocadas ... en una conjugación
equilibrada de tensiones y de exploración
de los accidentes. Una obra de silencios y
de memorias que reúne la tradición más clásica
con las inquietudes contemporáneas ...
JOAN GIL
MIEMBRO DE LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE CRÍTICOS DE ARTE

martes, 10 de marzo de 2015

XVIII Semana de Música Sacra de Requena



"Dichoso el corazón enamorado". 500 STJ.
Semana Santa 2015
PROGRAMA

21 marzo, 22’30 h. Templo de Sta. María
ESCUELA-RONDALLA DE REQUENA S.M.
28 marzo, 19’30 h. Templo de Sta. María
ORQUESTA FILARMÓNICA DE REQUENA
29 marzo, 19 h. Auditorio S.M. Santa Cecilia
ORQUESTA SINFÓNICA CIUDAD DE REQUENA
2 de abril, 20 h. Templo de Sta. María
Piacere dei traversi
Éxtasis a lo divino. 500 STJ.
Música y poesía entorno al centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús
3 de abril, 12 h. Templo de Sta. María
Orfeó d'Aldaia
Pregón para una Pascua pobre. R HALFFTER





Orquesta Filarmónica de Requena
28 de marzo de 2015. Templo de Sta María de Requena. 19.30 h
  • Concierto para viola y orquesta en Re mayor. ………………Franz A. Hoffmeister
    • Solista. Mario García
  • Carmen. Suites nº 1 y nº 2. ………………G. Bizet
  • Intermezzo de Cabalieria Rusticana. ………………Pietro Mascagni

Piacere dei traversi

Carmen Botella, cantus
Silvia Rodríguez, altus
Laura Palomar, tenor
Marisa Esparza, bassus

ÉXTASIS A LO DIVINO
Música y poesía en torno a Santa Teresa de Jesús, en el V centenario de su nacimiento

PROGRAMA DE CONCIERTO

Regis superni nuntia, Papa Urbano VIII (1623 - 1644)

Sobre aquellas palabras “dilectus meus mihi”....”Ya toda me entregué...”
Para quien crié yo cabellos, Antonio de Cabezón (1510 - 1566). (1)
Jesus dulcis memoria, Tomas Luis de Victoria (c. 1548 - 1611)
Nada te turbe
Pange lingua I y II, Antonio de Cabezón (1510 - 1566).(1)
A la gala gala de la religión
Aquella fuerça grande, Anónimo s. XVI. Cancionero de Medinacelli
A una profesa. ¡Oh! Dichosa zagala..
Yo bien puedo ser casada, Francisco Salinas (1513 - 1590) (2)
Oh, hermosura que excedeis
Si tus penas no pruebo, Francisco Guerrero (1528 - 1599)
Hacia la Patria: Caminemos para el cielo
Conditor alme, Gracia Baptista (fl. 1557) (3)
Conditor alme siderunt, Tomas Luis de Victoria (ca. 1548 - 1611)
Para Navidad: Pues el amor que nos ha dado Dios
Señores, el qu’es nascido, Anónimo (4)
A los reyes magos: Pues la estrella ya es llegada
Los reyes siguen la estrella, Francisco Guerrero (1528 - 1599)
Cruz, descanso sabroso de mi vida
Per tuam crucem, Cristobal de Morales (1500 - 1553)
Vertiendo esta sangre
O Magnum Mysterium, Cristobal de Morales (1500 - 1553)
Dichoso el corazón enamorado
Domine Deus, Agnus Dei, Cristobal de Morales (1500 - 1553)
Vivo sin vivir en mi
Intermedios para los kyries de Nuestra señora, Antonio de Cabezón (1510 - 1566). (1)
El último viaje...
Requiem: Introitus, Kyrie y Responsorio. Tomas Luis de Victoria (1583)

  1. Obras de música para tecla, arpa y vihuela de Antonio de Cabezón, recopiladas y puestas en cifra por Hernando de Cabezón (Madrid 1578).
  2. Francisco de Salinas, De Musica libri septem, Salamanca, 1577.
  3. Luis Venegas de Henestrosa, Libro de cifra nueva para tecla, harpa y vihuela, Alcalá 1557.
  4. Cancionero de Uppsala, Venecia 1556

Piacere dei Traversi “Éxtasis a lo divino”. Poemas de Santa Teresa


Sobre aquellas palabras
“Dilectus meus mihi”
Ya toda me entregué y di,
y de tal suerte he trocado,
que es mi Amado para mí,
y yo soy para mi Amado.

Cuando el dulce Cazador
me tiró y dejó rendida,
en los brazos del amor
mi alma quedó caída,
y cobrando nueva vida
de tal manera he trocado,
que es mi Amado para mí,
y yo soy para mi Amado.

Hirióme con una flecha
enherbolada de amor,
y mi alma quedó hecha
una con su Criador;
ya yo no quiero otro amor,
pues a mi Dios me he entregado,
y mi Amado es para mí,
y yo soy para mi amado.

Nada te turbe
Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda;
la paciencia
todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta:
Sólo Dios basta.

Eleva tu pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
nada te turbe.

A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga,
nada te espante.

¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana;
nada tiene de estable,
todo se pasa.

Aspira a lo celeste,
que siempre dura;
fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.

Ámala cual merece
bondad inmensa;
pero no hay amor fino
sin la paciencia.

Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
todo lo alcanza.

Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
quien a Dios tiene.

Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios tu tesoro
nada te falta.

Id, pues, bienes del mundo;
id dichas vanas;
aunque todo lo pierda,
sólo Dios basta.

A la gala gala de la religión
Pues que nuestro Esposo
nos quiere en prisión,
a la gala gala de la Religión.

¡Oh qué ricas bodas
ordenó Jesús!
Quiérenos a todas,
y danos la luz;
sigamos la Cruz,
con gran perfección:
a la gala gala de la Religión.

Este es el estado
de Dios escogido,
con que del pecado
nos ha defendido.

Hanos prometido
la consolación,
si nos alegramos
en esta prisión.

A una profesa
¡Oh!, dichosa tal zagala
que hoy se ha dado a un tal Zagal
que reina y ha de reinar.

Venturosa fue su suerte
pues mereció tal Esposo:
ya yo, Gil, estoy medroso,
no la osaré más mirar,
pues ha tomado marido
que reina y ha de reinar.

Pregúntale qué le ha dado
para que lleve a su aldea.
El corazón le ha entregado
muy de buena voluntad.
Mi fe, poco le ha pagado
que es muy hermoso el Zagal,
que reina y ha de reinar.

Si más tuviera más diera.
¿Por qué le avisas, carillo?
Tomemos el cobanillo,
sírvanos, deja sacar,
pues ha tomado marido,
que reina y ha de reinar.

Pues vemos lo que dio ella,
¿qué le ha de dar el Zagal?
Con su sangre la ha comprado.
¡Oh qué precioso caudal,
y dichosa tal zagala,
que contentó a este Zagal!

Mucho le debía de amar,
pues le dio tan gran tesoro.
¿No ves que se lo da todo,
hasta el vestir y calzar?
Mira que es ya su marido,
que reina y ha de reinar.

Bien será que la tomemos,
para este nuestro rebaño,
y que la regocijemos
para ganar su amistad,
pues ha tomado marido,
que reina y ha de reinar.

¡Oh hermosura que excedéis
a todas las hermosuras!
¡Oh hermosura que excedéis
a todas las hermosuras!
Sin herir dolor hacéis,
y sin dolor deshacéis,
el amor de las criaturas.

Oh ñudo que así juntáis
Piacere dei traversi
dos cosas tan desiguales,
no sé por qué os desatáis,
pues atado fuerza dais
a tener por bien los males.
Juntáis quien no tiene ser
con el Ser que no se acaba;
sin acabar acabáis,
sin tener que amar amáis,
engrandecéis nuestra nada.

Hacia la Patria
Caminemos para el cielo,
monjas del Carmelo.

Vamos muy mortificadas,
humildes y despreciadas,
dejando el consuelo,
monjas del Carmelo.

Al voto de la obediencia
vamos, no haya resistencia,
que es nuestro blanco y consuelo,
monjas del Carmelo.

La pobreza es el camino,
el mismo por donde vino
nuestro Emperador del cielo,
monjas del Carmelo.

No deja de nos amar
nuestro Dios y nos llamar,
sigámosle sin recelo,
monjas del Carmelo.

En amor se está abrasando
aquel que nació temblando,
envuelto en humano velo,
monjas del Carmelo.
Vámonos a enriquecer,
a donde nunca ha de haber
pobreza ni desconsuelo,
monjas del Carmelo.

Al Padre Elías siguiendo
nos vamos contradiciendo
con su fortaleza y celo,
monjas del Carmelo.

Nuestro querer renunciado,
procuremos el doblado
espíritu de Eliseo,
monjas del Carmelo.

Para Navidad
Pues el amor
nos ha dado Dios,
ya no hay que temer,
muramos los dos.

Danos el Padre
a su único Hijo:
hoy viene al mundo
en pobre cortijo.
¡Oh gran regocijo,
que ya el hombre es Dios!
no hay que temer,
muramos los dos.

Mira, Llorente
qué fuerte amorío,
viene el inocente
a padecer frío;
deja un señorío
en fin, como Dios,
ya no hay que temer,
muramos los dos.

Pues ¿cómo, Pascual,
hizo esa franqueza,
que toma un sayal
dejando riqueza?
Mas quiere pobreza,
sigámosle nos;
pues ya viene hombre,
muramos los dos.

Pues ¿qué le darán
por esta grandeza?
Grandes azotes
con mucha crudeza.
Oh, qué gran tristeza
será para nos:
si esto es verdad
muramos los dos.

Pues ¿cómo se atreven
siendo Omnipotente?
¿Ha de ser muerto
de una mala gente?
Pues si eso es, Llorente,
hurtémosle nos.
¿No ves que El lo quiere?
muramos los dos.

A los Reyes Magos
Pues la estrella
es ya llegada,
vaya con los Reyes
la mi manada.

Vamos todas juntas
a ver el Mesías,
pues vemos cumplidas
ya las profecías.
Pues en nuestros días,
es ya llegada,
vaya con los Reyes
la mi manada.

Llevémosle dones
de grande valor,
pues vienen los Reyes,
con tan gran hervor.
Alégrese hoy
nuestra gran Zagala,
vaya con los Reyes
la mi manada.

No cures, Llorente,
de buscar razón,
para ver que es Dios
aqueste garzón.
Dale el corazón,
y yo esté empeñada:
vaya con los Reyes
la mi manada.

Cruz descanso sabroso de mi vida
Cruz, descanso sabroso de mi vida
vos seáis la bienvenida.
Oh bandera, en cuyo amparo
el más flaco será fuerte,
oh vida de nuestra muerte,
qué bien la has resucitado;
al león has amansado,
Pues por ti perdió la vida:
vos seáis la bienvenida.

Quien no os ama está cautivo
y ajeno de libertad;
quien a vos quiere allegar
no tendrá en nada desvío.
Oh dichoso poderío,
donde el mal no halla cabida,
vos seáis la bienvenida.

Vos fuisteis la libertad
de nuestro gran cautiverio;
por vos se reparó mi mal
con tan costoso remedio;
para con Dios fuiste medio
de alegría conseguida:
vos seáis la bienvenida.

A la circuncisión
Vertiendo está sangre,
¡Dominguillo, eh!
Yo no sé por qué.

¿Por qué, te pregunto,
hacen dél justicia,
pues es inocente
y no tiene malicia?
Tuvo gran codicia,
yo no sé por qué,
de mucho amarmé,
¡Dominguillo, eh!

¿Pues luego en naciendo,
le han de atormentar?
Sí, que está muriendo
por quitar el mal.
¡Oh, qué gran Zagal
será, por mi fe!
¡Dominguillo, eh!

¿Tú no lo has mirado,
que es niño inocente?
Ya me lo han contado
Brasillo y Llorente.
Gran inconveniente
será no amarlé,
¡Dominguillo, eh!

Dichoso el corazón enamorado
Dichoso el corazón enamorado
que en solo Dios ha puesto el
pensamiento;
por él renuncia todo lo criado,
y en él halla su gloria y su contento.
Aun de sí mismo vive descuidado,
porque en su Dios está todo su intento,
y así alegre pasa y muy gozoso
las ondas de este mar tempestuoso.

Vivo sin vivir en mí
Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero.

Esta divina prisión,
del amor en que yo vivo,
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero

¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga:
quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo el vivir
me asegura mi esperanza;
muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte;
vida, no me seas molesta,
mira que sólo me resta,
para ganarte perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero
que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva:
muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios que vive en mí,
si no es el perderte a ti,
para merecer ganarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.

ORFEÓ D´ALDAIA Semana Santa 2015

«Pregón para una Pascua Pobre»

Viernes 3 de abril, a las 12.00h., Templo de Santa María
XVIII Semana de Música Sacra de REQUENA

PROGRAMA

Invocatio ad Individuam Trinitatem MANUEL DE FALLA, 1876-1946

Pregón para una Pascua pobre RODOLFO HALFFTER, 1900-1987
Recitats: Federico Sopeña, 1917-1991

Preludio intrumental jubiloso
R/ El gozo del corazón y de la tierra pobre
Victimae Paschali Laudes
Agnus redemit oves: Christus innocens Patri
Reconciliabit peccatores
R/ Pregón para nuestra muerte vencida
Mors et vita
R/ El relato de Maria
Dic nobis, Maria
Sepulcrum Christi viventis
Et gloriam vidi resurgentis
R/ Los ángeles: Homenaje a Rilke
Angelicos testes
R/ El amén del perdón
Scimus Christus surrexisse
Miserere
Amen
Final jubiloso

La Salve en el mar / La nit suprema MANUEL DE FALLA
ERNESTO HALFFTER, 1905-1989
L’Atlàntida Text: Jacint Verdaguer, 1845-1902

Rafael Martorell, recitador
Vidal Sastre, Guillermo Martinez i Simó Hervás, trompetes
Manolo Gómez, David Alonso i Salva Tarraso, trombons
Francisco Sanchis i Raúl Martín, percussió

ORFEÓ D’ALDAIA
Pablo Gimeno, Víctor Pérez i Chantal Esteva, equip musical

Francesc Valldecabres i Marta Mármol, direció musical

1. EL GOZO DEL CORAZÓN Y DE LA TIERRA POBRE
Recitador:
¡Alleluya, alleluya, alleluya!
¡Que suene el grito de las palabras antiguas siempre jóvenes!
Que no sean nunca palabras de rutina.
Sería casi como sacrilegio hacerlas vanas.
Amigos: pongamos el corazón como esta tierra de Arcas.
Como ella. nuestro corazón es viejo:
Viejo porque se cansa de querer lo alto
Y no sabe aprender esa tierra su paciencia.
Recordemos, llevemos la mirada hasta el corazón.
Como esa tierra, hoy, aunque abril, fría, se abre,
y la pequeña planta surge agarrada a las entrañas;
como esa flor de lavanda, con la que se lava el pájaro,
que viene del invierno duro y de la helada horrible,
y es como un milagro que su perfume sea hijo de la tierra pobre,
así la Pascua del Señor nos manda, nos grita,
que del corazón aburrido por su pereza,
que del corazón cansado de ser solo carne,
que del corazón que olvidó sus alas,
que del corazón envejecido por las rabias,
brote hoy, porque lo manda el ángel,
la impaciencia temblorosa,
la tímida y suspendida esperanza,
nuestra flor de lavanda.
Porque el Señor ha resucitado
y todo con Él resucita.
Sí, desde ahora, desde este domingo de pastos frescos,
el cordero grande, el pascual, maduro de este abril,
será alimento y lujo de las pobres gentes.
Ese cordero grande, pascual, entero, sabroso,
ha sido en esta tierra pobre, dura, yerma,
corderito con frío, perseguidor de un fantasma de hierba,
gritador de gritos asustados,
saltarín miedoso entre rocas, abismos y alimañas.
¡Ah, pero este alleluya no puede deshabitar la memorial.
Ese cordero pascual, el del altar de Dios, el nuestro,
ese Cristo glorioso y que ya no sufre,
ha sido cordero y pastor, ha sido el dolor de las dos cosas:
pastor sacrificado, muerto por salvar a sus corderos,
pastor, el de las manos heridas,
pastor, el de los pies desgarrados,
pastor, el del costado hundido"
pastor , el del costado abierto
hasta enseñarnos el corazón cuajado de sangre.
Ah, pero este alleluya no puede deshabitar la memorial.
2. Pregón para nuestra muerte vencida
Recitador:
Primavera vencedora, Cristo vencedor.
Esta tierna pobre, pobre como un cadáver,
esta tierra, crucificada por el hielo y por la sed,
robada al sol por los vientos ladrones,
¡pobre y alta tierra entre la nieve y el llanto!
ahora palpa, se palpa,
grita, se grita, su milagro.
Porque es la misma pero resucitada,
con vida, con agua, con gentes alegres,
con hierba, con sol, con luz, con flor, con risa.
Y de ella, ayer muda, hoy cantora,
aprendemos la mirada a nuestra muerte.
Nuestra muerte: la que nos hace mendigos sin nada,
la que nos roba la sangre, el placer y la vida:
la terrible hermana, la inseparable,
la nacida en el mismo parto.
Esa muerte, porque Cristo ha muerto y vive,
esa muerte, muere hoy oyéndonos,
que llega la resurrección con la primavera,
primavera con verano y sin otoño,
primavera que hace del invierno fuerza.
empuje, arranque, vida, vida.
¡Ah, silencio para oírnos desde dentro!
¡Ah, silencio para oír el corazón clamando.
respuesta al otro, inmenso, que ha roto la tierra como sepulcro!
Silencio para oír tambor y timbal.
Tambor para nuestro corazón de niños,
timbal de triunfo para esta tierra.
La tierra de la iglesia vieja y pobre,
joven hoy por ese juntar de manos,
por ese raro aplauso de corazones,
de labriegos y de estudiantes.
3. El relato de María
Recitador:
En la mañana de gloria la Iglesia pregunta,
clama con un primer nombre,
nombre que fue de lujo y de pecado:
pregunta a María, la Magdalena,
la que ha ido como loca del alba al sepulcro,
la que vio, primero, al ángel sin espada,
la que oyó su nombre, la que tuvo antes
su vigilia de perdón y de esperanza.
Contigo, María, con tus palabras,
decimos, nos decimos y gritamos:
Cristo, nuestra esperanza, ha resucitado:
He visto la gloria de mi resurrección.
Porque con Él resucita todo.
Y cada Pascua es capítulo de ese todo.
Todo, todo, el alleluya como todo:
La memoria que resucita y se hace gloria.
La memoria de los nombres será presencia de las personas.
La memoria de la mirada será gloria para alzarlo todo.
Gloria de los árboles que quise,
gloria a los perrillos que tuve.
gloria del mar que nunca pude abarcar.
Más, más, y más: sí quise sobre todo lo humilde,
lo que esta pobre tierra de Arcas resume,
el pino de siempre,
la flor de lavanda,
la piedra brillante,
hija del río de siglos,
esos humos de la cocina de leña,
ese olor de pan para el ofertorio,
ese vino alegre y rudo
de la taberna de al lado.
Será eso y más, más y más:
una gloria de segunda creación,
pino como columna de mármol,
río y piedra como incienso,
flor como candelabro,
mármol hecho espuma,
incienso para el cordero,
pan de los ángeles,
vino para la embriaguez
del tiempo, de la memoria,
hechos, presente eterno.


4. Los Ángeles: homenaje a Rilke
Recitador:
¡Amigos!, no la palabra mía ahora,
sino la palabra, al menos el nombre del poeta.
Él, no yo, merece estas agudas trompetas,
estas voces de sopranos y contraltos.
Él, no yo, merece este paisaje;
él, porque quiso la pobreza;
él, porque entre Toledo y Ronda,
nos enseñó a mirar la tierra bravía,
la tierra que pudo ser Valencia, Cuenca,
la tierra santa, que es el otro misterio,
porque se sabe, se vive, pobre.
Aquel poeta, el más grande con nuestro San Juan,
al que conociera cuando la muerte llamaba:
Rilke, el Rilke cristiano,
aunque lo negara no su rabia, pero sí su celo.
Cristiano a pesar suyo,
cristiano de un Dios
que no habían sabido enseñarle.
y como nadie Rilke cantó al ángel,
al ángel de la Resurrección,
guardián alegre del sepulcro
blanco, abierto, vencido y roto.
Pero ahora llamamos nuestro,
al Ángel también tremendo y dulce,
que nos guarda siempre,
que no solo nos guardó de niños.
Ahora pedimos también
tener adentro, muy al fondo,
sepulcro abierto, vencido y roto.
Y salir de él, resucitados, empujando,
apoyados en el brazo del ángel radiante,
apoyados para saltar, violentos y exactos,
sobre nuestro viejo ser, sobre nuestros pecados,
sobre nuestras rabias, sobre nuestros ascos.


5. El amÉn del perdÓn
Recitador:
Resucitó Cristo, mi esperanza,
mi esperanza, mi esperanza.
¡Ah, ahora, hermosura de la gramática!
Adjetivo posesivo: mío, mío, mío.
Eso, tan inmenso, Cristo vencedor de la muerte,
eso, tan cósmico, primavera eterna,
eso, tan tierna, Cristo Cordero,
es para mí, para mi nada que será algo.
Algo no, mucho: ¡mi pobre yo como todo!
Decimos lo contrario del poeta tan querido,
lo decimos con su rima y se lo digo:
«La primaveras venido»
Sí: «sabemos como ha sido»
¡Mi pobre yo como todo!
El pobre amor, la pobre amistad, grandes en Cristo,
mi hermano, sí, mi hermano mayor,
grande poderoso, pero hermano.
¡Oh, amigos, no lo olvidemos!
También tu música, nuestra música,
la que fue sueño del alma y de las manos,
esa música de ahora, de nuestro amigo,
eslabón en la cadena de siempre,
esa música que con alleluyas y amenes
repite, se repite, se abraza;
ese fa si, fa sí, de los timbales últimos.
será también resurrección y paraíso,
Lo es ahora porque canta el perdón:
decimos Amén a nuestro ser perdonado,
decimos Alleluya a nuestro yo florido.
Testigo de la pena antigua y de la gloria nueva,
esta pobre tierra de Arcas, ayer helada,
hoy con el parto de sus hojas,
hoy con el pasto de sus corderos,
hoy con la visita de los estudiantes,
dice con nosotros, con las voces, con el timbal,
que es como el corazón de todo,
con esa charanga y murga,
que el músico resuelve en campana;
con ese miserere murmurar de las voces,
resuelto en grito inmenso,
que va del corazón hasta los ángeles:
«La primavera ha venido;
SÍ sabemos como ha sido».